lunes, 9 de septiembre de 2019

Soñar para sanar....

Desde hace unos cuantos años esta frase me ayuda mucho... realmente la había olvidado. Había encontrado en mi vida un sano equilibrio que se vio totalmente alterado por la llegada del amor de mi vida, que traía consigo cierto pasado no resuelto y hasta algo dañino. No él, pero si con él. 

Y hoy amanecí más ligera, pese a lo intenso del sueño. Y lo volví a recordar: Soñar para sanar. Entonces, de hoy, me iré a la cama pidiendo que a través de los sueños pueda conocerme más. Pediré más sabiduría. Paciencia. Amor. Tranquilidad. Serenidad, sobre todo. 

Voy a pedir que el sueño limpie y barra con muchas cosas que yo siento que no puedo, o que hasta no debo.  Que me ayude con respuestas, secretos y claves para poder atravesar los momentos que duelen o que aún no entiendo por qué debo atravesar.

Pido fortaleza para seguir caminando de la mano de ellos, que tan bien me hacen, pero que en contraste tanto daño recibo por otros lados. 

Pido amor, por sobre todas las cosas, para reestructurarme nuevamente. Y en esta reestructuración sanar, sanar y sanar. 

Ya basta de planes, estrategias o de andar cuidándonos de cosas que no deberíamos.

Bienvenida la libertad de vivir, de soñar, de usar nuestro tiempo, dinero y abrazos en lo que deseamos. 

Eso deseo para nosotros, amor mío, si es que algún día lees esto... Libertad. Sabemos lo que somos, conocemos nuestros límites y nuestra esencia amorosa. Libertad. Sólo eso.

domingo, 20 de enero de 2019

Doce de Enero

He visto hombres y mujeres tomados de la mano mientras sus cabezas y corazones miran a otro lado. Lo veo todos los días, hombres que dicen estar enamorados de sus mujeres... (muchas de ellas que van cantando mientras ponen linda la casa para su noche de amor) pero no dudan en hablar adelante de cualquiera de esta u otra mujer en tono degradante o haciendo referencia "a lo que tienen en casa".  También conozco mujeres que tienen la suerte de haber conocido a hombres nobles y estas mismas mujeres hablan con este o aquel en tono elevado, pero como no llegan a concretar nada, no hay traición. He visto mujeres enamoradas de las profesiones de sus maridos porque podrían darle un futuro mejor. He visto hombres quedarse con las amas de casa que cocinan como nadie, solo por temor a la soledad. 

Hoy murieron dos bomberos. Si, pero qué tiene que ver? Tiene que ver con que yo amo a un bombero. Como nunca pensé amar y menos amarlo. No amo su uniforme, no amor su jerarquía, mucho menos amo su poder de mando. Amo sus abrazos, la forma en que me mira, la manera de buscar mis besos y mis caricias cuando me alejo un poquito de él. Amo la forma en que siempre pone una botellita de agua en la heladera para que tenga algo fresco para tomar. Amo sus caricias que nos hunden en el mas profundo de los sueños. Amo su manera de sonreír, de costadito, cuando de la nada lo abrazo y le digo que lo amo. Amo su integridad y su nobleza. Amo la manera en que cuida de su gente, en como intenta que cada uno de sus hombres esté contento en la guardia. Amo su obsesión con el orden, porque me ayuda a ordenarme a mi. Amo que sea tan compañero y se sume a mis locuras y a la vez me sume a las de él. Amo que nuestras noches sean solo nuestras. Amo que siempre quiera ver un capítulo más. Amo saber que puedo quedarme dormida en cualquier lugar de la casa porque él se va a acostar al lado mío y nos va a tapar para que no tomemos frío. Amo su manera de ver las cosas. Amo la forma en que trata a su hijo, cómo cambia llantitos de bebé por sonrisitas que inundan la casa de un aire fresco inolvidable. Amo que me invite a la guardia, que me cuente los secretos de "Bomberos" y que me enseñe a hacer las comunicaciones. Amo sus dientes, su boca y su lengua que encaja perfectamente con la mía. Amo sus reflexiones, cómo entiende la vida y cómo quiere vivirla. Amo el SI, DALE que le brota del corazón. Amo su compañía. Amo levantarme por la noche, verlo dormir y sentir que está a salvo porque lo amo y le cuido el sueño. Amo verlo entregado, vulnerable, porque sabe que mi amor jamás podría lastimarlo. Amo recordarle lo fuerte que es, sobre todo cuando las personas que viven su vida superficialmente quieren hacerle creer que está errado o que no va a llegar a nada, reflejando sus propios temores en alguien que sólo tiene nobleza en su corazón. Amo decirle que no dude de él mismo, incluso cuando yo pueda hacerlo alguna vez en alguna tormenta mal transitada. Amo que salgamos juntos del mar, cuando cascotearon nuestra embarcación... y recordar que este es el amor que concebimos. El que ayuda a crecer, el que a veces se frustra pero gracias a nuestras miradas nos hace volver enseguida. A recordar que tenemos lo importante: el amor. Amo que nuestras risas nos traigan de regreso. Amo que nuestros abrazos sean los abrazos de amigos que siempre vamos a necesitar. Amo nuestra complicidad. 

Hoy murieron dos bomberos. Y es inevitable pensar que esa también es su profesión... Que parece que puede pasarle a otro, pero no a él. Y no porque sepa o porque sea el mejor de los Bomberos... a él no podría pasarle porque la vida no puede ser tan perversa, no puede habernos puesto frente a frente para luego llevarselo. Y no me interesan los honores, los laureles, el pedestal de la gloria ni nada de eso. Luego recuerdo que sí, puede pasar. Y un pedacito del corazón se agrieta. Se achica y ruega que si tengo algún deseo en la vida... es que lo proteja a él. A sus hombres. Que vuelva, que vuelva siempre, cansado, sucio, transpirado, enojado, derrotado, pero que vuelva, yo voy a sanarlo a besos.

Pienso en las mujeres de esos bomberos. Que si estaban enamoradas como lo estoy yo, deben estar pasando el peor momento de sus vidas.  Porque esos abrazos no vuelven, porque van a buscar su olorcito en cada rincón de la casa, porque no hay guardia que te prepare para otra noche sin él. Porque, en esta vida y en estos tiempos, amar no es poca cosa. Amar con el corazón, cuando vas de la mano aunque no se estén agarrando. Porque se besan de mil formas sin siquiera tocarse los labios. Porque amar es hermoso, pero no hay abrazos ni "TE AMO" que sanen el dolor del regreso que no será. 

Volvé, amor. Volvé siempre, yo te voy a estar esperando con la cama desordenada para acostarme en tu pechito y respirar al unísono, suspirando y recordando que somos nosotros y que todo está bien.

sábado, 19 de enero de 2019

La Violencia no tiene género

...y el le dijo que iba a quedarse sola como un perro y que la iba a dejar en pelotas. le dijo que le deseaba la muerte y que fue lo peor que le pasó en la vida. Le dijo que no se la iba a hacer fácil y que iba a disfrutar de sacarle cada peso. Le dijo que su nueva pareja era un hijo de puta y un trolo.

Le dijo que no iba a ver más a su hijo, que ni se apareciera por la casa porque ya no iban a estar. 

odo esto le dijo. y todavía dudan de la violencia en las separaciones? todavía dudan de los hijos como escudos? todavía dudan del placer que sienten algunas personas en denigrar al que alguna vez fue el amor de su vida? Gozan creyéndose dueños del tiempo, se alimentan del dolor del otro, de tenerlo esperando media hora en la puerta para que su hijo se reencuentre con su ex pareja.

Qué piensan de los hombres así? esto es violencia? y si les digo que la historia es al revés? Estas fueron las palabras de una mujer a su ex pareja? seguramente sabiendo esto ahora surjan las justificaciones....

lunes, 17 de diciembre de 2018

El se afila los dientes cada vez que te reís de nosotras


Por Martina y todas las que dijimos NO alguna vez y de mil formas. Sabés la valentía que hay que tener para asumirlo? Te voy a explicar, porque si nunca te pasó no lo vas a entender.
Cuando las personas que fuimos abusadas nos damos cuenta del abuso, ya pasamos gran parte de la vida habiéndonos echado la culpa de lo que pasó, de lo que hicimos, de lo que generamos. Ya pasamos gran parte de nuestra vida con traumas que se generaron de forma brusca pero con una sutileza tal, que no podés salir a contarlo. Porque si no tenés moretones no fue tan violento. Si no tenés marcas tanto no te resististe. Si tu vida sigue, pese a que la violencia que viviste o a lo que hicieron con vos (y de vos) tan mal no la pasaste.
Cuando las mujeres que fuimos abusadas podemos decirlo es porque hicimos mucho esfuerzo. El primer esfuerzo que hicimos fue "que no se notara", porque la culpa era nuestra, lógicamente. El segundo esfuerzo (según la edad) fue ocultarlo, negarlo, taparlo tanto, tanto, pero tanto, que no quedaran rastros. Y de puertas para afuera seguramente habíamos tenido éxito, pero no... Porque eso que nos pasó, eso que hicieron con nosotras sigue ahí... de forma latente y disfrazado de tal forma que cuando vuelve, irrumpe violentamente en nuestra psiquis y en nuestro día a día. Hacemos tantos esfuerzos por ocultarlo, que durante días, meses o años vivimos tranquilas creyendo que logramos el objetivo, pero empiezan los síntomas, las sensaciones extrañas, mil cosas inenarrables... Hasta que un día, con una angustia poco conocida, todo lo que creíamos haber ocultado perfectamente se nos pone en frente y ya no es posible apartarlo. Se queda ahí, mirándonos de frente. Trayéndonos imágenes a nuestra cabeza, sensaciones a nuestro cuerpo, dolores de los cuales creíamos haber escapado para siempre... y nos destroza. Nos parte en mil pedazos. Nos desarma, nos desintegra. Pero ya somos más grandes, , tenemos más herramientas... algunas más y algunas menos. Recuerdo cuando mi psicóloga me dijo: "ABUSARON DE VOS"
- "No. No. Estaba jugando", dije yo.
- "No, Magda. Abusaron de vos. Eso no está bien. Lo que hizo no está bien. No fue sin querer, no fue por tu culpa. Esa persona debía cuidarte, tiene una patología y abusó de vos. Fuiste abusada".

A muchos le parecerán simples palabras, con cierta lógica. Pero no. Estamos inmersos en una sociedad que naturalizó y aún naturaliza comportamientos malos y agresivos con un manto de piedad, teniéndole lástima al abusador (victimario, digamos. Sea chorro, asesino, violador o acosador, pueden ponerle el nombre que quieran).

De ese esfuerzo también quiero hablar. Una mujer abusada no lo procesa de un día para el otro, porque las marcas, la sangre, los gritos y los moretones muchas veces van por dentro. Si no te ven golpeada no te creen, si no te ven derrotada y en el piso ponen todo en duda, por suerte, de un tiempo a esta parte se habla de violencia verbal, psicológica, aunque también es cierto que aún hay muchos problemas para poder llegar a hacer entender que el papel de una perimetral no detiene la violencia.

Qué otros esfuerzos se esconden detrás de una persona que fue acosada o abusada? Hay uno que existe para siempre... y sólo quienes lo atravesamos lo vamos a entender, no lo digo soberbiamente, nunca quise tener este tipo de "exclusividad". Pero hay una pregunta recurrente... va y viene. Viste cuando fantaseas con ganarte el quini 6? Que pensas todo lo que harías, la casa que te comprarías, a vos y a tus viejos, los viajes, la plata que donarías, los comedores comunitarios que abrirías para las personas en situación de calle, etc. etc. etc. Hasta que te acordás que ni siquiera jugas al Quini 6 y te vas a trabajar con una sensación de que no lo vas a ganar jamás. Bueno, algo parecido nos pasa a nosotras... a veces fantaseamos con: "cómo sería yo si no me hubiera pasado?" qué hubiera sido de mí, si no me hubieran hecho lo que me hicieron.... me reiría más? Tendría menos mambos sexuales? Hubiera sido menos acomplejada con mi cuerpo? Sería más confianzuda? Sonreiría más en la calle? Sería más amable, porque no vería el peligro latente en todos lados? y ahí, como un rayo que te parte a la mitad te das cuenta que nunca lo vas a saber. Jamás. Que ya estás rota. Resquebrajada. Que el juego de: "qué hubiera sido de mí, si no..." es una realidad, dolorosa y tormentosa que se resignifica en miles de aspectos.

Cuando voy a una plaza me divierto, miro a los nenes jugar, tomo mate, advierto de algunos riesgos cuando se tiran de tobogán, cuando corren sin ver que pueden tropezarse y... VIENE EL IMPACTO. Pienso, qué inocencia. Su único riesgo es lastimarse con los juegos. Qué inocencia, carajo, no saben todo el mundo de mierda que está ahí afuera. No saben cuántos tipos en este momento los están viendo jugar y generar el peor de los escenarios en su mente.

Por eso digo, que los que fuimos abusados hacemos muchos esfuerzos. Muchos. Todo el tiempo. Veo con qué inocencia los nenes agarran una galletita cuando se las das, qué fácil es tomarlos de la mano y llevarlos con vos... y nosotros, los adultos en vez de decirles: la vida es maravillosa, la gente comparte lo que tiene, te canta canciones, re quiere hacer reír, porque tu risa ilumina el mundo... tenemos que decirles que se cuiden, que nos avisen si alguien quiso tocar su cuerpo, que no agarren galletitas, que no agarren caramelos.

Entienden? Entienden que cuando escrachamos o denunciamos a los abusadores y violadores les estamos diciendo que no nos quedamos más callados? Entienden que no es por nosotras o nosotros? Es por los más chiquitos, por los que no pueden decir que NO, como nosotras o nosotros no pudimos decirlo. Es por ellos, es porque sabemos lo que es estar solos, aterrados, desconfiar de nosotros mismos, de sentirnos hasta responsables de quien nos abusó. Sabemos lo que es tener miedo en lugares donde no deberíamos tenerlos. Lo sabemos porque nos pasó. Porque situaciones de disfrute, como son las vacaciones, la colonia, salidas con familiares o sencillas y simples siestas, eran nuestros lugares más horrorosos donde estábamos desprotegidos, solos, con miedo y sin saber qué decir, qué hacer o cómo comportarnos.

Mientras cuento o intento contar con ciertos detalles todo esto que atravesamos... la vida va pasando. Y con ella conocemos a gente nueva, algunas logramos no volver más a esos lugares oscuros (recuerden, no volver per se, pero nunca nos vamos del todo) y la vida aparenta tener cierta normalidad, por eso (no creo poder dar respuesta a una acusación que surge desde un lado tan poco empático y amoroso, pero necesito aclararlo) las mujeres que fuimos o somos abusadas tenemos ratos de "normalidad", nos reímos, nos enamoramos, besamos en mayor o menor medida, tenemos relaciones sexuales (que muchas veces pueden terminar en un llanto que deja atónita a nuestra pareja), nos maquillamos, conseguimos trabajos, hasta fotos nos sacamos... si! rotas pero humanas!

En todo ese camino de transformación, que ni nosotras o nosotros sabemos que transitamos... siempre escuchamos por primera vez que a alguien le pasó algo parecido. Escuchamos. Nos identificamos, volvemos a creer que si a alguien más le pasó y pudo contarlo... tal vez nosotras podríamos atravesar lo mismo. Seguimos escuchando historias, leyendo relatos, agudizamos la escucha y afinamos el corazón. Comprendemos el mundo de otra manera. Y ahí es cuando todo va tomando forma y color. El color que una elija o pueda elegir. El color de la esperanza, de la salvación, de la amistad. El color de la valentía, del coraje. El color de animarse. El color de decir BASTA. El color de enfrentar y a veces hasta de confrontar. El color del empoderamiento. De la libre elección. Y con todos estos colores, con todas las miradas sororas que encontramos a lo largo de este camino de transformación ocurre el milagro... SE ROMPEN LAS CADENAS.

Si, hermosa... se rompen. Te lo juro. Siempre vamos a tener la pregunta ahí: "Y si no me hubiera pasado?" No sería quién soy. No tendría esta enorme empatía por quien sufre. No tendría a cautela al hablar o escuchar sobre problemas de otros, que pueden no ser los mismos en los hechos, pero si en las ideas... porque yo sé lo que estar en el barro. En el fondo del fondo. Se lo que es haber sido humillada. Se lo que es no querer y tener que hacerlo. Se lo que es el terror de callarme la boca, lo que es llorar sola y sentirme degradada. Se lo que es todo eso y más.

Pero también, Martina, vos y miles de cientos de mujeres... se lo que es la libertad. Se lo que es hablar, no callarme, contar sin miedo, sin tapujos. Mirar de frente a cualquiera, porque a mí me violaron, pero yo no les devolví lo mismo a los demás. Sí, me violaron, me tocaron sin que yo quisiera, me tocaron sin saber qué estaban haciendo conmigo y sin embargo yo no quiero eso, lo combato día a día, o discuto, lo lucho, lo replico para que las personas que padecieron lo mismo que yo puedan decirlo y puedan sanar esos dolores.

Querido Macho, cada vez que vos dudas de una chica que cuenta de la humillación por la que pasó, un hombre está repitiendo el abuso de otras maneras. Porque el único mensaje que estás dando es que precisas ver moretones, sangre y ojos reventados para que conste ese abuso. Y hay miles de casos comprobados, soy uno de ellos, que los abusos muchas veces no dejan marcas visibles. Cada vez que te reís o hablás con tanta soltura del tema, le estás diciendo a tu hermana, a tu hija, tu sobrina, tu nieta o a hasta tu vieja misma que se calle la boca porque vos ni nadie va a creerle. Abrí los ojos, macho, porque si los hombres tienen miedo es porque algo alguna vez hicieron. Que crezcan y aprendan. No le tengas bronca a nuestros gritos, temele a tu silencio, sé el hombre de bien que compartís en Facebook.  Se el hombre en quien puedan confiar tus hijos y tu pareja.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Una vez yo tampoco entendí...

Para qué festejar el cumple si el nene no se da cuenta que cumple años?  Para qué celebrar navidad con Papá Noel si la gordita todavía es chica?

Y entendí que los más chiquititos no entienden de combinación de colores, de letreros hechos con manos temblorosas o por grandes artistas, que seguramente no entiendan de marcas, si compraron gaseosa o agua con jugo en polvo. Si hubo mucha comida, si soplo la velita en la torta más cara o en un bizcochuelo con algo de dulce de leche. Les da igual si pagaron miles de pesos en un salón con el dibujito del momento o se improvisaron con papel maché algunas guirnaldas de colores. 

Regalos? Son para los grandes, que muchas veces dejan sus paquetes para ser vistos, obligando a veces a que el que compró "una pavadita" lo de en privado por temor a las críticas. 
Da igual que haya o no fotos, que sean de cámara profesional o de esas que quedan salen todas movidas y siempre algún familiar es agarrado desprevenido bostezando o comiendo con unas ganas bárbaras un sanguchito. 

No hay lente, celular o vídeo que pueda captar todo lo que esa pequeña personita está recibiendo en el momento del cumple, del alguna celebración, incluso de las que tanto se critican porque no son "nacionales". Y qué? Importa acaso cuando tu bebé abre sus ojitos sin poder creer el festival de luces, besos, abrazos, risas y caricias que está viendo?


Todo lo que mencioné primero es para entretener a los grandes (cuántas veces vimos a los más chiquitos pasar horas con un trapito o una simple caja?). Lo que nosotros no entendemos es que la energía amorosa que reciba ese niño, esa niña... lo es todo. Los abrazos, las caricias, la interacción con otros adultos, con los más pequeños invitados. Aprenderá a compartir, a reírse, a reencontrase con familiares, a reinventar los abrazos. Y algún día crecerá y... entenderá. Como siempre quisimos, obstinadamente, los grandes. Que entienda a nuestro modo. Que entienda que lo amamos en ese día y lo amamos ahora. Que organizar un cumple era una forma de hacerlo sentir especial. De recordar que su llegada a este mundo tuvo un día y una hora, donde un ser humano hizo especial la vida de dos personas que lo estaban esperando. De cuatro. De seis. De diez. De cientos de tíos, tías, vecinos, amigos y abuelos que estaban ansiosos por recibirlo. Por darle amor. Risas. Caricias. Silencios. Siestas. Meriendas. 


Escribo todo esto porque hoy el amor de mi vida fue a buscar a su hijo para traerlo a su otra casita un par de días... y pensé: Acaso esto lo entiende el bebé? Qué diferencia hay entre un cumple y cuatro horas de tren para ir a buscarlo por unas pocas horas a veces, 2 o 3 días cuando tenemos suerte... Y pensé que amar es eso. Sólo amar. El resultado no está en nosotros. 


Pero algún día, bebé Rafa, entenderás que tu papá te soñó. Y aún te sueña. Que deja todo lo que está haciendo cuando le tirás los bracitos y te agarra, te besa y se queda quietito como si tuviera miedo a romper el hechizo mágico que se produce cuando sus chachetes se juntan y vos lo sujetas con tu manito minúscula, pero fuerte, tan fuerte... que vos, pequeño Rafael sos quien sostiene a tu papá con tanto amor que él logra resistir todo y más... 


Ojalá hoy entiendas en tu alma todo lo que te ama tu papá. Y el día que seas ya un hombre, entiendas qué tanto te amó tu padre y cuánto hizo amorosamente por tenerte siempre un poquito más cerca.

miércoles, 31 de octubre de 2018

Cumpleaños... Feliz

Buenas noches Rodri. Te escribo esto rapidito porque ya no sé si puedas leerlo, tal vez estés en tu casa o jugando con el gordo y no quería perder la oportunidad de desearte un feliz fin de año 2018 y un comienzo igual de feliz o mas en el 2019. 

Ojalá que se cumplan tus deseos... esos que cuando los imaginás se te hacen los hoyuelos hermosos en tu cara... o te dan ganas de que pase rápido el tiempo para verlos concretados. Deseo que, simplemente, estés donde quieras estar. Que donde despiertes sea con una sonrisa, aunque puedas estar un poco contracturado. Deseo que hagas de tu casa un hogar y de tus días EL día. Que no te preocupes porque algún item de tu lista no se cumplió, porque tendrás otro día para hacerlo. Te deseo una larga vida feliz, que tengas lindos deseos por los demás, que te rías mucho con la gente que querés, que puedas putear en la fila del banco, pero también puedas alegrarle el día a una persona con un lindo gesto... Deseo, amor mío, que cuando estés cansado de tanto viaje en tren recuerdes que en la cabecera te espera tu pequeño hijo. Que cuando ya no quieras bicicletear más, adelante estaré yo refunfuñando o simplemente diciéndote que pases tranquilo porque no vienen autos. 
Te deseo. Te deseo y te deseaba. Ni yo sabía cuánto... deseaba el amor de un hombre, las caricias de un amante, el abrazo de un amigo y la complicidad de un compañero.  Gracias por ser el hombre que sos, gracias por haber soportado de todo para encontrarnos, luego descubrirnos y finalmente decidirnos. No cualquiera. 
No cualquiera salta. No cualquiera arriesga. No cualquiera ama. 

Deseo que siempre, pero siempre sepas el GRAN hombre que sos. Y deseo que estas fiestas lo sean realmente, porque hasta hace menos de un año no lo imaginabamos, hace unos pocos meses no lo soñábamos, hace unas semanas lo quisimos y hoy lo tenemos: estar juntos. Que en el beso que te de hoy, puedas sentir cuánto te respeto, cuánto de adoro y cuánto te amo... y para siempre.

Maggie.

sábado, 7 de julio de 2018

“QUÉ TE PENSAS, BOLUDA, QUE SOS PAMPITA?”


Eso me dijo y me quedé helada. Al principio pensé que me había lastimado o herido en el orgullo. Me di cuenta que no era Pampita, es más, a diario cada publicidad me recuerda que no tengo el cuerpo de Pampita, la sonrisa, los ojos o que ni siquiera estoy cerca de tener al peluquero de Pampita. Pero después, en mis laberintos mentales y emocionales encontré rápidamente lo que más me había dolido… y fue la construcción social. La construcción social con la que crecí, la que me rodea y la que, me hago cargo… construí alrededor mío.
Entonces pensé… “Ah, sólo tengo derecho a enojarme si soy Pampita?” Ergo: SÓLO PUEDO ENOJARME, DECIR LO QUE PIENSO Y MOSTRAR CÓMO ME SIENTO SI ESTOY BUENA.
Entonces si fuera obesa, tuviera problemas de anorexia o estuviera rellenita como ahora… tengo que quedarme callada con mi dolor, mi bronca, mi pena o mi ira? SI. Eso es lo que me estaba diciendo. Que sólo podía demostrar lo que sentía si tenía buen cuerpo como para que me banquen el berrinche. Que sólo las minas que están buenas tienen derecho a mostrarse enojadas, despeinadas, sin maquillaje. Las que somos estereotipadamente feas no. Tenemos que mostrarnos sumisas, sin joder a nadie, no vaya a ser que además de poco agraciadas tengamos que molestar al otro con nuestra rebeldía o cara de ojete.
Y jussssssssssto me viene a pasar en el día del locutor… mi día! Esa profesión que no sólo me enseñó a hablar… me enseñó a DECIR. Como ahora. Que digo me pudrí y me harté de los estereotipos sociales. Me harté de que la sociedad berreta y careta no vea todo el dolor que genera en cada chica o chico que lucha con su cuerpo sufra con la invasión de tetas, culos o abdominales que recibe día a día. Y me harté de mil cosas más que ni quiero escribir ahora, porque tampoco la tengo tan clara y creo que haré uso de mi terapia poder vomitar todo esto y poner cada cosa en su lugar.
Frenemos la violencia machista (e ignorante, porque que sea machista no quiere decir que se imparta o se imponga sólo desde los hombres).
Y no, no soy Pampita, soy Magda, Magui, la fotógrafa, locutora, periodista… pero Pampita No. Y tengo bien asumido mis 80 kilos, mi metro sesenta y ocho y mi celulitis, mis estrías, mis tetas caídas y mi sonrisa, mi pelo alborotado y mis abrazos incondicionales, mi complicidad y mil cosas más que a mis 32 años aprendí a amar, aunque con otras aún siga luchando.
(Tal vez la sorpresa sea mayor, o no, si hubiera aclarado que el comentario vino del chico que alguna vez fue 'novio' y supo de mi gran lucha por bajar 50 kilos.... Ja!)