"Perdonar es liberar a un prisionero y descubrir que el prisionero eras tu"
Qué cosas finjo que no me importan? Acá dejo de ser políticamente correcta, para ser quien soy. Mi mente todo el tiempo se cuestiona si estoy "pensando o sintiendo bien", algo curioso.... porque sentir y pensar no puede manejarse o alterarse.. las acciones sí, pero ese instante, ese chispazo es lo que es, aunque queramos decorarlo, adornarlo, justificarlo o minimizarlo.
Siempre justifiqué al otro, incluso cuando me lastimaba o hacía daño. Tengo mil formas de hacer ver al demonio como el pobre ángel que fue desterrado de los cielos. Incluso, en este mismo momento, estoy justificando estas palabras... Por eso sólo quiero sentir y dejar ir esas sensaciones...
Lo primero que anda dando vueltas en mi cabeza es la situación que viví, y vivo a veces, con mi ex pareja.
Mi pareja no se la jugó por mi. Se fue corriendo hacia otro lugar, dejándome un cuarto lleno de él, de sus recuerdos, de sus obras inconclusas y yo, una vez más, tuve que apechugar y hacerme cargo de su desorden. Tiré casi todo, sin pena, con plena conciencia de que cuando volviera, si eso sucede, él ya no será el mismo y no precisará aquellas cosas, pero de todas formas... no pude decirle lo injusto que fue al irse y dejarme todo sus problemas a mi. Yo me merecía esto? lo acompañé siempre, con mi presencia, amor, dinero, comida, refugio, palabras, meditaciones, libertad, risas, charlas nocturnas, momentos graciosos... yo merecía esto? qué se fuera corriendo, huyendo sin siquiera saber que yo estaba también entre las cosas de las que escapaba? Yo pensaba que no me importaba, porque él me había acompañado en mis peores momentos... pero sí me importa y puedo darme cuenta de eso 9 meses después. Y cómo sigo ahora? con esta verdad revelada... Sabiendo que fue el hombre que se bajó de un proyecto de a dos... No quiero justificar más a nadie. Ni a mi misma. Él se eligió a si mismo, como no pude hacer yo en años de relación, donde siempre pensé en los dos... y muchas veces más en él que en mi. Qué valentía debería tener para poder decir cuando quiero... NO, NO TENGO GANAS. NO, NO ME SALE. NO, NO LO HAGO PORQUE NO SERÍA NATURAL. NO, PORQUE NO QUIERO. NO.
Qué me impide decir lo que siento... será no saber lo que siento?
Por qué siento que hay tantas cosas que hablé pero no logré perdonarlas o dejarlas ir de corazón? Acaso la teoría la entendí pero la parte práctica aún está floja? No sé por dónde arrancar... quisiera dejar de ser tan correcta y poder mostrarme vulnerable, desordenada, caprichosa, despelotada... real. Como soy. COMO... SOY. Y si no como, no soy? Qué carajo me estoy tragando? Es lo que me pregunto cuando como vorazmente... literal y simbólicamente. Elijo lo que como? Como lo que elijo? Qué nube me atrapa cuando me ciego frente a la idea de comer... es un dolor no identificado que me lleva directo a acallar los gritos.... por qué tanto miedo a escucharme? Acaso el miedo a escucharme supera el dolor a seguir alimentándome de esta forma?
Quién soy? Qué quiero? Cuáles son mis deseos? Deseo? Anhelo? Qué es lo real en mi? Dónde estoy yo en este cuerpo? En qué parte de mi cuerpo habito? Cuándo habla mi alma? Es mi propia voz la que escucho cuando quiero o no quiero hacer algo? Existen respuestas a estas preguntas? O será que, como dice Galeano, esto me sirve para seguir caminando?

No hay comentarios:
Publicar un comentario