miércoles, 9 de noviembre de 2016

De leerme cuando leo

Maru Leone. No sé cómo hace, no sé si atravesó todo lo que narra, no sé si inventa, imagina, toma sensaciones de otros o qué. Pero lo hace. Logra hacer que me identifique con cada palabra que escribe y me mete en mi propio mundo, logra esa empatía que no cualquiera puede generar con otro. No sé si lo busca, pero lo logra. La leo y me leo. La siento y recuerdo exactamente las mismas sensaciones que tuve cuando atravesé momentos similares. Tal vez ella tirada en el sillón y yo hecha una bolita en la cama en posición fetal. Tal vez ella comiendo un helado mientras busca minimizar el dolor viendo una comedia y yo... arrastrando mis pies por la casa mientras miro cada lugar vacío que genera ese dolor que sale de las entrañas y quema, arde, duele.

Por eso me gusta conocer gente nueva, universos inexplorados... porque es cuando nos reconocemos en el otro. Tendremos mil diferencias, pero las emociones son universales. Maru habla, no sé si de ella o de mí, pero habla, transpira, se desangra cuando se expresa.

Si quieren reconocerse en las letras y palabras de otro, sean bienvenidos a su página de Facebook. No apta para sensibles. Animate y enterrate, total... te vas a morir algún día y todo esto habrá sido una simple ilusión.

Facebook: https://www.facebook.com/maruleoneescritora/?fref=ts

jueves, 3 de noviembre de 2016

Sobre las anginas y el fin del mundo


Veo a mi alrededor. Exactamente, tres días antes, me vi envuelta en una charla de café, de esas largas, filosóficas y donde los recién conocidos son hermanos de toda la vida. Me vi desbordada de sabiduría, que inhalaba y exhalaba, me vi desbordada de verdades, de sentimientos hermosos y llenos de luces y sombras. Cada vez que hablo con alguien sobre las cosas de la vida siento que me vacío un poco, es un mecanismo raro, que me deja vacía muchas veces, llena, a veces y, en otras ocasiones, muy satisfecha.

Supongo que, una vez más, tendrá que ver con los límites. Cuándo estoy compartiendo y cuándo estoy dando? Cuándo ese compartir se transforma en un dar a raudales y el resultado de vaciamiento produce sensaciones asombrosamente implosivas? Me desmorono por dentro, regalé todas las palabras, todas las miradas comprensivas que debía regalarme a mi misma... entendí por demás al otro y me quedé sin explicaciones para mi. Y ese vacío me aterra. No me aterra directamente, se presenta como un deseo incontrolable de "algo", a veces un malestar que puede llevarme a tener algunas actitudes poco sanas o auto destructivas. No siempre, no todo el tiempo. pero cuando sucede duele.

Y de las anginas y el fin del mundo? Retomo. Veo a mi alrededor. Estoy sola. Pero no sola, como alguna vez dijo mi madre: "no tengo ni quien me alcance un vaso de agua". Estoy sola de palabras, siento que la única persona que tenía las palabras que me ayudaban o me daban paz era Marco. Y es justo. Por eso el amor, la ternura, los años juntos, las risas, las miradas y la complicidad. Estoy sola, pese a haber estado el día anterior rodeada de gente compartiendo un hermoso momento, momento con principio y final.

Volviendo al tema de los límites, éstos están difusos... en varios aspectos. Confundo hablar con conocerse. Ver con mirar. Oir con escuchar. Besos con cariño. Mimos con amor. Amor con Amor.

Hasta hoy sólo eso. Sigo hundiendo mis raíces en el barro para renacer más luminosa que ayer.




martes, 18 de octubre de 2016

Sobre el TODO y la LIBERTAD



El mundo es todo tuyo. Podés tener todo lo que quieras. Andá por todo. Ni por todo el oro del mundo. Te amo hasta el infinito. Nada es imposible. Todo lo que soñás podes tenerlo. Lo que es de todos no es de nadie.

Todo. Nada. Infinito. Cero. No es mucho? No es poco? Mi cabeza Se marea. No sé si quiero todo. Quiero algo, quiero cosas, pero no todas las cosas. No sólo porque sería imposible, sino porque TODO es mucho, realmente mucho.

Cómo saber lo que uno desea si la oferta es infinita? Inclusive, si la oferta fuera finita, acotada, chiquita, es lo que realmente deseamos? Todo (todo, todo?) me lleva a ratificar una vieja idea, hay que volver al centro de uno, hay que escucharse, hay que, hay que, hay que. Cuántos sentimientos para tan poca capacidad de volcarlos en las palabras que conozco, en os caracteres que se inventaron. Y esto sucede cuando no sé que quiero decir, pero quiero, al menos mencionarlo.

La palabra LIBERTAD resonó en mi terapia semanal, me asustó. La libertad, la verdadera libertad, es infinita. Es abismal y esa infinitud e inmensidad me aterran. Desde chica sentía que si me daban la libertad para hacer TODO lo que quería prefería quedarme en una baldosa, pero si me daban dos baldosas, yo iba a buscar la forma de disfrutarlas y en algún momento atravesarlas para poder salir a experimentar el mundo, no sé si todo el mundo, pero lo que había más allá de lo que se me había dado. Me meto en otra palabra vieja y conocida por mi: TRANSGRESIÓN, pero ya tendré tiempo para hablar de eso.

De qué consta la libertad? De hacer todo lo que quiero o de poner límites para disfrutarla? Por qué confundo libertad con totalidad. Libertad con hacer de todo. Si dentro de ese todo hay cosas que disfruto y otras de las que no, conocer el límite hace que llegue hasta cierto lugar? ¿Acaso creo que los limites: limitan o delimitan? Me da tranquilidad saber que es una cuestión semántica, y al darle el significado correcto (o el que yo considero correcto) a cada palabra, cambia todo. Otra vez. Cambia todo o cambia aquello que preciso que cambie?


domingo, 16 de octubre de 2016

♡ FELIZ DÍA, MAMÁ ♡



Cada año nace un nuevo sentimiento, cada año veo algo que antes no veía. Hoy se celebra el día de la madre! Hay algunos que se sentarán en la mesa después de meses sin mirarse a los ojos, otros celebrarán recordando a la viejita que les dio la vida mirando al cielo y buscando su olor en viejas fotos. Seguramente muchos busquen ese regalo que trate de igualar el amor recibido y otros disfrutaremos de un día más de risas y miradas cómplices. Hay mamás de estreno, mamás del corazón y las mamás que hoy sonríen con este festejo, pero cuando nadie las vea llorarán de la más dolorosa forma que una persona puede llorar: en silencio y sin compartirlo. Tal vez porque esa pequeñísima extensión de su alma ya no está en este mundo o porque tal vez alguna vez sintió esas pataditas pero no pudo sentir a su bebé en brazos... yo te abrazo en este día, con toda mi alma. Y en ese abrazo van los abrazos de todas las energías que están leyendo esto... 

También hay mamás que no saben si habrá otro día de la madre, que tal vez no vean crecer a sus hijos, tal vez no podrán explicarle a sus hijas qué es eso de enamorarse o no podrán decirle a sus hombrecitos lo importante que es ser atento con el alma de la que se enamoren...

Y me duele escribir esto, porque siento que hoy debería ser una fiesta, pero me pica el alma de saber que muchas mujeres que sonríen hoy, sólo quieren encerrarse un ratito en el baño para llorar sus miedos, dudas y temores. Quisiera tener la palabra que elimine ese dolor, pero ya descubrí que la vida no es así, que las palabras emergen de uno, que desde mi lugar sólo puedo expresarme... Y esto quiero decirte: criaste a un ser humano maravilloso, que seguramente tendrá que lidiar con un mundo bellamente imperfecto. Liberá las lágrimas, recordá los besos de buenas noches que se dieron, las manualidades del jardín espantosas que pusiste como centro de mesa porque valían más que un Van Gogh, escuchala cantar esa canción de moda mil veces más, mostrale la magia que existe en el caminito de hormigas de la baldosa de la calle, que duerma en tu cama, que deje migas en la cama, que hoy no se bañe, asi están más tiempo juntos... acariciale el pelo, olele el cuellito, perdete en esos ojos inmensamente inocentes y conectate con sus latidos... porque estarán unidos por siempre, infinitamente en la eternidad.


domingo, 9 de octubre de 2016

♡ Morite de amor, cagón ♡

Encontré esto... mi alma tuvo un orgasmo hermoso que entendió, en un instante, lo que es la vida... luego la mente y las experiencias pasadas se filtraron en alguna grieta... pero fue un antes y un después. Muchas de estas cosas las hice y las hago. Muchas(por suerte), muchas las deseo y otras tantas empezarán a hacerse presentes de a poco a lo largo y ancho de mi existencia. Confirmo cada día que amo crecer y convertirme en mujer sintiendo, divirtiéndome y viendo el mundo con ojos de niña.

♡ Morite de amor, cagón ♡

Antes de decir que no, pensá que algún día te vas a morir. Sí, te vas a morir.
Metete al mar, despeinate... que la sal te endurezca el pelo y la piel, que te despinte. Metete de día, de noche... que una ola gigante te lleve a pasear y la arena se te meta en los calzones. Que el "toples" sea por la fuerza del agua, menos sexy y más divertido. Cagate mucho de risa, enterrate en la arena, hacé un castillito... sí, estás peludo, pero las ganas de hacer un castillito no se van jamás.
Tirate en paracaídas que tenés más probabilidades de morirte entrando el auto a la cochera de tu casa, cruzando la avenida apurado para ir a laburar, o de un ataque al corazón post- estrés, post- chatarra, post- depresión. Acostate con tu perro y llenate la ropa de pelos, escuchá su corazón... ese sí que late por vos.
Juntate con tus amigos aunque no tengas un puto peso. Siempre hay un paquete de arroz por ahí, o unas criollitas. Juntate con ellos y meate de risa y si los ves con el celular, tiraselos por la cabeza. Putealos, que están ahí con vos... el resto puede esperar. Coman el asado, vayan a la montaña, ponganse en terlipes en el medio de la calle. Sólo para reír. La amistad sana y no hay antidepresivo que le toque los talones.
Viajá. Ahorrá y viajá. Quizás cuando termines de pagar la ropa que te estás comprando ya la hayas dejado de usar. Quizás cuando termines de pagarte tu casa se haya llevado la deuda... toda tu energía. Quizás cuando termines de pagarte el auto te hayas acostumbrado a caminar. Quizás cuando termines de pagar el microondas te des cuenta de que como calentar en el horno no hay. El somnier extra súper archi blah blah "King" puede esperar, mejor una garrafita para la montaña. Escuchame pendejx, viajá.
Viajá, viajá para enriquecer el alma. Conocé gente, culturas, idiomas. Viajá para ver y escuchar que el amor en todos lados tiene la misma lengua. Viajá, tirate al pasto. Vaciá cuarenta y cinco termos de "meta mate y charla" y que te quede la lengua verde de chupar la bombilla mientras guardás las fotos de ese paisaje en tu cabeza. Y si no hay guita, andate igual. Andate abajo de una planta. Tres frazadas, fideos blancos y nada más.
Escuchá, escuchá a tus viejos. Preguntales todo lo que no sabés, todo lo que pasó. Cuántas veces amaron y cuántas perdieron un amor. Preguntales que querían ser de grandes cuando eran chicos. Preguntales porqué carajos no lo hacen si están vivos. Hablá, hablá con ellos que te escuchan hasta en silencio. Deciles que los querés y metete el orgullo post-moderno liberal de "todo me chupa un huevo" en el culo. Porque ellos también se van a morir. Abrazalos como si fuera la última vez... que ni las velas de cumpleaños, ni las estrellas fugaces, ni las vaquitas de San Antonio tienen el poder de conceder la inmortalidad.
Decilo todo. Decilo, escribilo, transmití. Sacate la vergüenza de las venas. Decile que la querés, decile que lo amás. Metele un beso para que no se olvide más. Decile que te dormís y te levantás pensándolo/la. Decile, decile todo lo que se te cruce por el bocho. Sé asquerosamente romántico/a. Empachate. Dejá de hacerte el/la durx que todos bien sabemos lo que siente el otro. Así que... decilo. ¿Qué podés perder? Decile lo que te gusta, lo que te enloquece, lo que te excita.
Dejá de sobarle la espalda a la tristeza y abrazala, abrazala fuerte y que se vaya un tiempo para volver fresquita como una lechuga y así... la volves a abrazar.

Antes de tener hijos... sé un niño, sé un niño todo el tiempo que más puedas. Dormí, salí, reíte, comé chocolates y gomitas y reíte. Fulminá tu juventud... antes de envejecer. Y cuando te pongas viejo, contale a la generación entrante... qué significa cada una de tus arrugas. No les dejes tu cuerpo gris, dejales tus ganas de vivir. Dale viejo, dejalos que jueguen a la pelota en la siesta ¿Te acordás cuando jugabas a la pelota en la siesta? Dale, no llames a la policía. Comprate un paquete de bombitas y cuando te toquen el timbre mojalos también. Dale viejo, viejo las pelotas. Sí, viejas las pelotas pero sangre en el pecho. No fué hace tanto viejo, acordate y reíte con ellos... antes de decir que no. Morite de amor , cagon.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

¿Quién quiere ser salvado?

Dar todo no es sinónimo de amor, dar lo que otro precisa sí. Al menos eso pude entender en mi última sesión de terapia. Lo mismo me pasó armando un mueble, sí... mi cabeza va a mil muchas veces y reflexiona de muchas maneras. La cuestión con el mueble es que tenía que clavar unos clavitos y agarré una masa, pensando que por lo grande clavaría mejor y más rápido, resulta que el martillo es lo mejor porque es más ligero... y no se trata de fuerza, en muchos casos... algo así siento que sucede con lo que creemos saber qué precisa el otro.

Sobre el complejo de la salvadora encontré varias reseñas, es bueno leerlas y seguir conociendo y reconociendo algunos síntomas, ver cuáles están mas agudizados y cómo poder ir transmutándolos.

En lo personal, y por experiencia, creo que hay varias cosas que colaboran con este complejo, no sobrevive sólo por si mismo, viene en un combo explosivo que está íntimamente ligado a la historia de cada uno, por eso (a mi entender) es importantísimo y muy necesario leer, conocer, dialogar sobre estas cosas pero ver siempre cómo se representan en la vida de cada uno.

En mi caso... descubrí esto de "la salvadora" gracias a mi última relación amorosa que fue cortita, hermosa e intensa.

Mis grandes sostenes: la lectura sanadora, la terapia, escuchar a otros, nutrirme de sus experiencias pero viviendo las mías. Aceptando mis pulsiones de vida y mis pulsiones de muerte. Mis momentos con ganas de extinguirme y otros donde salgo a la vida de forma irrefrenable.







jueves, 9 de junio de 2016

Amar, amar y amar


Como suele suceder... cuando me desbordo de amor quiero compartirlo con ustedes y regalarles algunas sensaciones y emociones que me atraviesan.

Hace pocos días recibí de ustedes muchos abrazos por el comienzo de una nueva relación, relación que se perfila hermosamente saludable y bonita, repleta de risas y miradas cómplices. Pero no llegué a los brazos de Sebastián de casualidad... antes pasé por otros besos y miradas que me enseñaron a amar y cada relación que tuve me dejó muchas enseñanzas, lo que busco en una relación amorosa, lo que quiero evitar hacer para no lastimarme a mi ni a otros y sobre todo... la capacidad de disfrutar. Que la vida en pareja sea una fiesta, llene el alma con gestos amorosos y complicidades dulces. Marco, el hombre que más me amó en el mundo y me enseñó a amarme le estoy agradecida por y para siempre. Porque me rescató y me llevó de la mano dulcemente por un camino desconocido, pero como siempre dijimos: si nos guía el amor incondicional nada puede salir mal. Y ese mismo hombre me enseñó a vivir, a reírme, a saber que la vida es grandiosamente chiquitita para hacerse problemas por convenciones sociales o bobadas por las que "hay que preocuparse". Me enseñó a sanar dolores, abrir heridas, llenarlas de amor y cerrarlas dulcemente, sabiendo que pueden volver a abrirse pero nunca de la misma forma... me enseñó a darle importancia a lo verdaderamente importante: las risas, el amor y la verdad. Me enseñó que cada día puede ser viernes. Que cada paso puede ser el que me lleve a sus brazos y sobre todo me enseñó a estar en mi eje de forma sencilla y simple. A no juzgarme y a validar mis sentimientos, algo difícil pero no imposible en una sociedad que te dice cómo deberías actuar o qué deberías sentir.


Hoy, gracias a él, puedo ir sanando otros corazones, reparar algunas partecitas del mío y llenar de amor los caminos que voy pisando. Cuando lo conocí a Marco pensé: yo sabía que existías y cuando me enamoré de Sebi sentí la misma hermosa e intensa sensación de paz. Deseo que cada mujer y hombre encuentre a alguien como Marco, son seres llenos de luz dispuestos a meterse en tu alma para darle vida otra vez, te llevan suavemente de su mano y te invitan a volver a vos.
Hoy me pasa lo mismo con Sebi, otras formas, otros gestos... mismas sensaciones. Miradas que leen el alma, silencios que dicen lo que las palabras no pueden explicar, sonrisas que terminan en besos llenos de amor y caricias que barren miedos y dolores.


Gracias por leerme, gracias por haber formado o formar parte de mi camino que me llevaron a este hermoso presente. Los abrazo a todos. Y abrazo a marco, el hombre más especial y dulce del universo entero, que la vida te abrigue siempre, amor de mis vidas. Y abrazo a sebas... hermoso hombre con el que ya estamos construyendo esta nueva y dulce historia.

sábado, 27 de febrero de 2016

REFLEXIONANDO SOBRE LAS PÉRDIDAS EXTERNAS QUE SIGUEN AL DESPERTAR ESPIRITUAL

El despertar espiritual es acerca de la pérdida. Inicialmente, se produce en un nivel interno e implica la pérdida de un yo separado. Después de esta realización interna, lo queramos o no, perdemos también varios aspectos de nuestra vida externa.
Por mucho que alguien esté en desacuerdo, ninguna persona realmente quiere perder su sentido de yo. Para algunos, esta pérdida ocurre de todos modos. De igual forma, ninguna persona realmente quiere perder sus valiosas relaciones, sus pasiones, sus intereses, sus opiniones y sus ambiciones. Para muchos que encuentran el despertar, ese tipo de pérdidas ocurren de todos modos, también.
Antes del despertar, la pérdida se percibe como algo malo. Después del despertar, la pérdida de cualquier tipo es percibida como algo bueno. Menos es siempre más. ¡No le llaman la Nada sin razón!
Han pasado casi dos años desde que el despertar espiritual se llevó la vida de mi falso sentido del yo. Desde entonces, he estado tomando nota de los muchos aspectos de mi vida exterior que empezaron a desmoronarse. Todas esas pérdidas externas se produjeron en una forma suave y espontánea, sin resistencia ni lucha de mi parte. En este escrito comparto algunos claros ejemplos de esto.
Yo solía creer que amaba la música. Siempre llevaba un par de auriculares que colgaban de mi bolsillo. Descargaba innumerables álbumes y me sentía orgulloso de mi colección de mp3 robada. Tocaba algunos instrumentos musicales, escribía y grababa música. La música llenaba un vacío en mi vida.
Si alguien me hubiera dicho, incluso en el comienzo de mi despertar, que mi entusiasmo por la música iba a disminuir, hubiera dicho: ¡Sí, como no! Sin embargo, hoy en día, ¡mi amor por el silencio ha superado cualquier tipo de amor que algún día tuve por la música! Después del despertar, el vacío que la música llenó alguna vez, se ha convertido en algo mucho más agradable que la música en sí.
Con esto no quiero decir que la música me haya dejado de gustar, o que nunca escuche música. Sigo disfrutando la música. Sólo que mi relación con ella ha cambiado.
Antes del despertar, no amaba realmente la música. Solía utilizarla. Mi relación con ella era abusiva. Utilizaba la música para ahogar el silencio, para protegerme del vacío.
Hoy, tengo una mejor relación con la música. Cuando la escucho, la escucho surgir desde el silencio, y eso me gusta mucho más. Ya no abuso de la música. Ahora, realmente la disfruto, pero, curiosamente, he perdido la capacidad de interesarme tanto en ella como alguna vez lo hice. El silencio es más que suficiente.
Yo solía tener varias ambiciones, sueños, esperanzas y planes. Era conocido como alguien que tenía un futuro prometedor. Y compré esa idea, también. Hoy en día, no parezco estar entusiasmado en ninguna especie de logros u objetivos grandiosos. Dado que encuentro una verdadera alegría en este momento, todas las ideas acerca del futuro simplemente se han desvanecido.  
Por otra parte, en el pasado, me sentía sumamente emocionado por cualquier tipo de estado alterado de la consciencia, por las diversas meditaciones, y por ciertas experiencias psicodélicas o místicas. Antes del despertar, tenía la idea de que debía dedicarme a explorar los reinos internos. Me imaginaba a mí mismo como un eterno psiconauta.
Hoy, mi entusiasmo por ese tipo de experiencias se desvanece rápidamente. No parezco ser capaz de notar ninguna diferencia fundamental entre dos experiencias. Para mí, el simple hecho de sentarme en el balcón o viajar a otra dimensión son sólo experiencias. Ninguna de las dos es mejor o peor.
Por supuesto que reconozco la gran variación entre las cualidades de esos dos tipos de experiencia, pero en su origen, son lo mismo. Para mí ahora, sólo a causa de su inmediata simplicidad, la experiencia de sentarme en el balcón tiene prioridad sobre la experiencia mística.
Justo el otro día noté algo bastante interesante. Vi una foto de Mooji, y por un instante, me pareció que no podía siquiera recordar quién era. En ese momento, el gran Mooji era un simple hombre sonriendo en una foto.
Mi amor por Mooji, debido a que era iluminado, hermoso y sabio, había desparecido. Ya no tengo ninguna razón para amarlo. Lo sigo amando, pero no porque sea alguien especial. Lo amo porque no lo es. Él es simplemente alguien ordinario, como tú o como yo. Eso, en sí, es suficiente razón para amarlo, así como para amar a cualquier otra persona.
De manera similar, mi amor por mis padres también se ha desvanecido. Ya no parezco reconocer a mis padres como solía hacerlo. Por lo maravillosos que son, sino porque son seres humanos comunes y corrientes. Ya no los amor porque son mis padres. Los amo simplemente porque son gente ordinaria, como tú, o como Mooji, o como yo.
En el pasado los amaba por razones particulares - porque me dieron la vida, porque se preocupaban por mí, porque me protegían, porque son mis padres. Ahora, los amo sin ninguna razón más que por el simple hecho de que existen. Más allá de eso, no encuentro ninguna otra razón. El verdadero amor no necesita ni justificación ni razonamiento.
Escribir sobre esto es desgarrador. Al decir que mi amor por mis padres como padres se ha desvanecido, se siente como traición o deslealtad. No estoy seguro de que ellos siquiera lo entiendan. Pero más allá de esos sentimientos, hay una apertura, hay una libertad. Hay algo en mí que los amaría incluso si no fueran mis padres, incluso si no fueran más que unos extraños en la calle. Hoy los amo porque simplemente no podría hacer otra cosa.
Mientras recorro este camino después del despertar, he perdido mucho, incluyendo amigos, relaciones, intereses, empleos y otras cosas de las cuales probablemente no esté siquiera consciente. Antes de haber perdido esos aspectos de mi vida, jamás me hubiera sentido listo para renunciar a ellos o nunca me hubiera imaginado que tendría que hacerlo. Fue sólo después de que se fueron desmoronando suavemente, sin generar ningún dolor, que me di cuenta de la pérdida de esas partes de mi vida exterior.
Mientras escribo estas notas y continuo navegando este océano posterior al despertar, sospecho que habrán más perdidas por venir, de cosas que aún no puedo imaginar que tengo que perder.
El despertar espiritual es acerca de la pérdida en todos los niveles. Esta idea da miedo, pero está destinado a ser así. Es sólo a través de la pérdida que vemos lo que realmente significa la liberación. Es sólo en el espacio que deja disponible la pérdida que somos capaces de expandirnos y relajarnos más y más profundamente en la Verdad.
(Traducido desde: http://nobodysnotes.com/)

lunes, 8 de febrero de 2016

¿Qué es un sentimiento?

Decimos: “Estoy triste” o “Tengo miedo”. Pero, ¿cómo lo sabemos? ¿Cómo sabemos que estamos tristes, alegres, enojados, temerosos, confundidos, satisfechos? ¿Dónde está la evidencia, en este preciso momento? ¿Acaso nos estamos contando una historia? 

En lugar de ponernos en contacto con las sensaciones crudas en el momento presente que surgen en la barriga, en el pecho, en la garganta; con el cosquilleo vivo, vibrante; con la palpitante vida en el cuerpo, nos enfocamos de inmediato en nuestras cabezas, en lo abstracto, en lo conceptual, en el pensamiento basado en el tiempo. Comenzamos a PENSAR ACERCA DE nuestros sentimientos, comenzamos a preguntarnos POR QUÉ sentimos como sentimos, qué fue lo que provocó esos sentimientos, qué o quién tiene la culpa, lo terrible o maravillosa que es nuestra situación de vida, qué pasará o no pasará en el futuro. Saltamos tan precipitadamente hacia el juicio, hacia la justificación, hacia la memoria. Nos desconectamos del presente intemporal, donde las sensaciones se mueven y cosquillean, y nos introducimos en el tiempo, en el ‘rebobinar o adelantar,’ como le llamo yo.

Nos desconectamos del poder que hay en nuestros cuerpos y ponemos en marcha una historia acerca del 'sentir’. Para la mayoría de la gente, esto es justo lo que ha pasado en el momento en que dice: “Me siento…”, o en el momento en que expresa sus sentimientos. ¡No están sintiendo nada en absoluto! Están contando historias acerca de sus sentimientos, incluso las actúan. Se han apartado de sus cuerpos para perderse en el pensar, en el 'hacer.’

¿La invitación? Vuelve al cuerpo. Vuelve a la agitación que se siente en la barriga, a la presión en el pecho, al cosquilleo en la garganta. Siente las traviesas, estremecedoras, agudas energías de cada sensación. El cuerpo no miente. Vuelve a la poderosa danza de vida que nace en este momento. Olvida las palabras, las etiquetas, 'triste’, 'enojado’, 'temeroso,’ 'ansioso,’ olvida los juicios ('positivo,’ 'negativo’), olvida el drama y permite que tu atención se entregue a lo que realmente se mueve en el cuerpo. En este punto, puede que las palabras se vuelvan innecesarias.

Los sentimientos, a diferencia de los pensamientos, no viven en el mundo del pasado y el futuro, viven en el presente intemporal. Sólo entonces podemos verdaderamente llamarlos 'sentimientos.’

- Jeff Foster

miércoles, 13 de enero de 2016

¿Por Qué No Hay Muerte?


Queridos humanos,
Quisiéramos aclarar algo que han entendido mal desde hace mucho tiempo. Lean con cuidado lo que sigue y traten de sentirlo desde su corazón.
Consideren esto. Una ola se mueve dentro del océano hacia la orilla, junto con sus demás compañeras. Cuando se estrella con esa orilla, desaparece. “¿A dónde se fue?”, se preguntan todas sus amigas.
Ustedes le han llamado “muerte” a la desaparición de esa ola. Han perdido su tiempo sintiendo miedo a esa desaparición, han gastado su vida tratando de evitarla y han inventado un sinfín de historias intentando explicarla o negarla. Muchas de sus enseñanzas espirituales y religiosas están diseñadas para apaciguar ese miedo y la ansiedad que lo rodea, para adormecer su curiosidad a través de respuestas fáciles, distrayéndolos de la obvia verdad con promesas de cosas extravagantes que se revelarán o que podrán adquirirse o experimentar después de la muerte, y estas teorías podrían satisfacer a la mente, pero nunca al corazón.
¿A dónde se fue la ola? Esta es la pregunta clave.
La respuesta es, no se “fue” a ningún lado, ni dentro del tiempo ni del espacio. No se fue ni al cielo ni al infierno. No se fue al limbo ni comenzó otra vida. Todas estas ideas están basadas en un solo pero muy profundo malentendido.
Veamos de nuevo. Cuando la ola se estrella en la costa, ésta simplemente se disuelve de nuevo dentro del mismo océano. Pero incluso esto no es verdad. ¿Por qué? ¡Porque, en primer lugar, la ola jamás estuvo separada del océano! La ola siempre fue una única apariencia DEL océano, un movimiento del todo, no “en” él, o en alguna “parte” de él. El todo no se “va” a ninguna parte cuando se muere porque no hay ningún sitio adonde ir. Sólo hay el sí mismo. Desde la perspectiva del océano, cuando la ola se estrella en la orilla, no ha pasado absolutamente nada. La muerte es un no-evento. Cero. Nada de Nada. Nada. Sólo se trata de un sueño que se ha evaporado - el sueño de la separación, la ilusión de que había olas separadas, de que había nacido una ola y que había una ola a punto de morir. En el momento exacto de la muerte, no hay ola que pueda morir porque ni siquiera hay una ola. Entender esto elimina todo temor a la muerte.
La muerte no es un “evento” dentro del tiempo. Lo que es verdad sobre aquello que llamamos “muerte”, fue verdad desde un principio. Desde un principio, no había olas separadas. La ola siempre estuvo ausente como una entidad separada. Desde el principio, nunca hubo algo que se moviera “a través” del océano, a través del tiempo y el espacio. Siempre ha sido el océano moviéndose, el océano ondeando, sin desplazarse hacia ningún destino sino siempre perfectamente AQUÍ.
Eso que llamamos muerte, como cualquier ilusión de auto-empequeñecimiento se disuelve ante la inmensidad de uno mismo, conforme uno descansa en el Hogar que jamás abandonó, todo lo que se pierde es eso que no era nuestra verdadera naturaleza. Todo lo que se pierde es cualquier sentido de carga. La historia, el futuro imaginario, las creencias, las teorías, las certezas, las dudas, los temores, las culpas, los anhelos, los obstáculos, el sentido de pérdida, la imaginación acerca de uno mismo y de los demás, todo se disuelve y se limpia, dejando sólo eso que jamás apareció visiblemente desde un principio - nuestra presencia. Nos despojamos de toda pretensión y nos disolvemos perfectamente en la vida. La muerte es pura vida. Podemos ver a Jesús renunciando al “fantasma” (el fantasma de un “yo”) en la cruz.
La presencia es una “cosa” que jamás ha sido una “cosa”, la única cosa que nunca ha llegado ni se ha ido ante la presencia. Los pensamientos han llegado y se han ido, los sentimientos llegan y se van, los sueños y las esperanzas y los miedos vienen y van, las imágenes del pasado y del futuro, las creencias, las ideologías, las religiones, los conceptos acerca de Dios y el diablo, el cielo y el infierno, la luz y la oscuridad, la dualidad y la no dualidad, incluso la vida y la muerte y la vida después de la muerte han desfilado ante ustedes, pero eso que jamás ha venido e ido a ustedes es la presencia en donde todas esas apariencias ofrecen su danza. Nunca han sido conscientes de que la presencia viene y va, nunca. Si pudieran estar conscientes de ello, si pudieran notarlo, si pudieran saberlo, ver que llega y se va, ver que cambia o que decae o que pasa, entonces no sería realmente presencia, sería más bien una idea acerca de la presencia. Nunca estarán conscientes de la pérdida o de la desaparición de la presencia. La presencia siempre es ontológicamente anterior a aquello que parece estar presente. Es lo que todos somos, lo que tú eres, y normalmente se le conoce como un amor sin límites, sin condiciones y que no puede morir, incluso cuando se disuelva el apego corporal.
En ese sentido, de acuerdo a nuestra verdadera naturaleza, no podemos morir y tampoco podemos experimentar la muerte. Todo lo que podemos experimentar, aquello de lo que nos podemos hacer conscientes no es la muerte sino la vida, el movimiento de la vida, el pulso, el latido y el cambio de la misma, y en ese sentido, incluso una experiencia cercana a la muerte no es la muerte, ya que esto sigue siendo un acontecimiento dentro del tiempo o más allá del tiempo, acogido en el cálido abrazo de la presencia. El proceso de morir podría resultar doloroso o incómodo o incluso alegre, sí - este está en el ámbito de la experiencia , después de todo - pero aquí hablamos de la muerte y no de morir y podemos decirles que la muerte no es su problema, no es algo que tengan que hacer o para lo que tengan que prepararse, esto no es su asunto, para nada. Tan sólo tienen que confiar y descansar en lo que siempre han sido. Pueden permitir que la inmensa inteligencia del cuerpo asuma el control, la inteligencia que sabe cómo respirar en este momento, la que sabe cómo sanar, la que sabe cómo circular la sangre en las venas, incluso dentro del sueño profundo sin sueño, la que sabe cómo morir. Sus planes no están sujetos al tiempo. Esta inteligencia ha hecho todo esto por millones de años, sin esfuerzo alguno.
La muerte es la cosa más familiar que puede haber y ahora ustedes se reirán de todas las extrañas teorías de segunda mano y a veces hasta aterradoras que otras olas cuentan por el simple hecho de no saber la verdad.
Ocúpense de morir, sí, cuiden el jardín de la vida, pero no teman el no-evento de la muerte en sí, ya que su cálida familiaridad ya está aquí, como su propia presencia, como eso que es mucho más íntimamente conocido que cualquier otra cosa, como aquello que está leyendo estas palabras en este momento, como eso que jamás ha temido su propia muerte ya que no puede haber dos presencias, una haciéndose consciente de la “otra”.
La muerte es sólo para el yo separado imaginario. Por eso es que podemos decir sin duda alguna: queridos humanos, para eso que realmente son ustedes, no hay muerte. Hemos estado tratando de despertarlos a este hecho evidente desde que empezaron a preguntarse a dónde se habían ido la abuela y el abuelo. Ellos simplemente se disolvieron en ustedes, en donde siempre estuvieron, en su corazón de corazones.
- Jeff Foster